La okupación es un problema y una realidad que, cada vez, afecta a más propietarios. Especialmente en el caso de las segundas viviendas se ha convertido en una verdadera tragedia que solo de manera particular se le ha encontrado solución. Tanto es así que, precisamente, la mejor alternativa que tenemos es la seguridad que nosotros mismos podemos darle a nuestra vivienda como propietarios.
¿Qué opciones tenemos? Desde Seguridad JCH vamos a ver las que mejor funcionan.
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Los sistemas de alarmas son la mejor manera de disuadir a cualquier posible criminal de que entre en nuestra segunda vivienda. Y más todavía de que se quede en ella. En una okupación, las primeras horas son esenciales, ya que es en esa franja de tiempo cuando la policía lo tiene más sencillo para intervenir. Por lo tanto, es importante que, cuando se produzca y entren en nuestro piso, la policía reciba una alerta temprana. Y con un sistema de alarma es eso precisamente lo que podemos conseguir.
Hay que tener en cuenta, además, el factor disuasorio que ejercen este tipo de sistemas. Así, en la mayoría de ocasiones, es más que suficiente con disponer de su instalación para provocar que los potenciales criminales se lo piensen más de una vez. Y es que, en prácticamente todas las okupaciones donde hay una alarma, la policía frustra esos planes. De ahí que sea un mecanismo tan útil no solo para impedir una okupación, también para evitar que se llegue a intentar.
Si, por ejemplo, dejamos que el correo se acumule en nuestro buzón, que las persianas estén siempre bajadas o que, en general, no haya el menor indicio de actividad puede dar señales a los okupas y será más fácil que suceda este problema.
¿Qué es lo que tendríamos que hacer? Pedir a algún vecino o amigo que retire las cartas que se acumulen en la entrada, que suba y baje las persianas de vez en cuando y poco más. Con algunas acciones así será más difícil que se produzca dicha okupación en nuestro domicilio.
También podemos tratar de entablar una buena relación con los vecinos. Así, si observan algo sospechoso, podrán avisarnos para que estemos más alerta y, por lo tanto, preparados para frustrar los planes que puedan tener.
Un sistema de luz intermitente. Vamos ahora a exponer una idea más compleja pero muy efectiva. A veces, se pueden instalar controladores de luz para que se enciendan en intervalos concretos de tiempo. Entre dos horas del día, por ejemplo. Algo así puede convertirse en un elemento disuasorio muy interesante con el que contar.
Generalmente, una okupación se produce de forma premeditada. Primero se observa un piso por un tiempo y, si se ve que está totalmente vacío, se toma. Ahora bien, esto requiere que se analice a lo largo del día. Si se ven luces encendidas en diferentes intervalos de tiempo, es muy probable que consideren que está habitado. Y, por lo tanto, que no intenten entrar en él.
Con todo, hay que tener en cuenta que un mantenimiento estable del piso o que el sistema de luz son medidas disuasorias que no siempre funcionan correctamente. Lo mejor es tener una alarma de seguridad conectada con el número de emergencias o que pueda alertar a los vecinos y conseguir una rápida respuesta de la policía. Es la opción más segura que tenemos.
En definitiva, las okupaciones son una realidad. Y, por ello, hay que estar prevenidos. Especialmente en el caso de las segundas residencias, que pueden estar vacías gran parte del año. Con un sistema de alarmas recomendado e instalado por una empresa con larga experiencia en el sector como Seguridad JCH podremos estar más tranquilos.
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